¿Sabes cómo empieza un sueño?
¿Te imaginas todo lo que tuvo que pasar para que un proyecto como Aruma Centro Holístico saliera a la luz? Aquí te contamos todo sobre la gestación de nuestro Bebé no humano: Aruma.
En un principio no había nada y un ángel vino a preparar todo. Antes era Niyama y por azares del destino vino a nosotros, o nosotros fuimos a Niyama.
Ram Dharam Kaur, con toda su luz, le dio un nuevo nombre, una nueva personalidad, lo transformó por completo, lo hizo suyo.
A los pocos días llegué yo, con toda la emoción que trae reconstruirte en un duelo y sostenerme en la práctica del Yoga. Ram Dharam Kaur me recibió con su sonrisa increíble y me preguntó: “¿Tú debes ser Adrián?”, y con mi picardía contesté: “eso dicen”.
No sabía que me iba a transformar en este hombre que se construye y destruye todo el tiempo, no sabía que yo era Rama Dharam Singh.
La historia de Ram Dharam Kaur
En el 2011 perdí a mi bebé a tres meses de engendrado, estaba en un duelo muy fuerte. Así que decidí cambiar de trabajo.
Y ahí estaba yo, estresada en mi nuevo empleo de gerente de seguridad informática en una financiera popular, con miles de juntas y una black Berry que me perseguía a todos lados. Así que tomé una pausa.
Yo llevaba 6 años practicando Hatha Yoga, no me gustaba mi oficina, no me gustaban mis compañeros de trabajo, excepto Carlos y Glorialejandra, dos ángeles enviados por diosito.
Me encontraba en mi escritorio, llena de correos, haciendo lo mejor que podía, porque era la única cosa que me levantaba por las mañanas, mi propósito era mantener el sistema para que el ejecutivo de sucursal pudiera dar un crédito y pudiera hacer su trabajo, ganar bonos y mantener a su familia.
Y un día frente a la computadora, gugleando, me apareció un banner que decía “aruma” y dije “qué bonito nombre, así le voy a poner a mi hija”. -paz, tranquilidad, noche- fue una luz dentro de mi frustración, me dio la ilusión de ponerle ese nombre a mi hija. En ese momento yo no sabía que aruma no era un ser humano, ni que yo era Ram Dharam Kaur.
En 2013 comencé mi primera aventura en el yoga: formación de maestros de yoga para niños con enfoque terapéutico. En ese momento era una locura porque renuncié a mi trabajo y no tenía experiencia con niños, sólo con mi sobrina de 7 años y la que venía en camino.
Me sentía tan triste que me aferré a ese aprendizaje. Emiliano fue mi maestro y mi guía; me llevó de la mano para sanar mi niña interior y ahí conocí a Johanna Vera: mi inspiración. Johanna tiene un Centro Holístico llamado Yoghika.
La historia de Rama Dharam Singh
Cuando comencé mi carrera profesional en el marketing digital fue casi por accidente. Mi pareja en ese momento, 2013 o 12? Me pidió que le ayudará a redactar los contenidos de una página web que le pidieron. Yo ya me había fascinado con el internet, ya había pasado noches enteras con la laptop debajo de las cobijas leyendo información, preguntándole a google un montón de cosas, encontrando cada vez más y más libros, autores, música.
Cuando en algún momento decidí ser emprendedor y no seguir el camino trazado en la facultad, me di cuenta que lo primero y básico que necesita una empresa es vender, es más, ni siquiera una empresa, cualquier negocio o freelance lo primero que necesita es vender. Me pregunté, ¿qué necesito para vender? Recordé la historia de Balzac, que fue un escritor muy exitoso en su tiempo y muy famoso mucho tiempo después. Él siempre buscó ser empresario, siempre buscó ganar más dinero y algo de lo que hacía era meter nombres de maestros de oficio en sus libros a cambio de una comisión. Claro que él era un escritor, no un empresario, pero a mí me ayudó a entender que las ventas se desarrollaron por los artistas, tanto por los escritores y pintores, como los creativos que les pidieron hacer letreros y anuncios escritos para promocionar sus productos. También está el famoso caso de Toulouse–Lautrec, el pintor que hacías los posters del Molino Rojo en París.
Con esta información, supe enseguida que yo podía hacer textos para anuncios. Como me fascinó por completo el internet y las posibilidades que presentaba, me puse a estudiar lo más que pude en internet.
Cuando comencé a practicar Yoga en Niyama, el nombre previo que tenía el espacio que hoy es Aruma Centro Holístico, descubrí un mundo maravilloso en mi interior; en el Yoga encontré la puerta a mí mismo, la entrada a sentirme de una manera más profunda. Si bien, llevaba ya varios años meditando con mi maestro Miguel Arámburu de Uniser, el Yoga me dio el conocimiento necesario para hacer meditaciones en movimiento, en especial el Kundalin Yoga me abrió a sentir la energía poderosamente, profundo profundo en mi ser.
Tanta emoción me llevó a idear todo un plan de marketing digital para ayudar al centro de Yoga; sin embargo, algo me detuvo y nunca lo hice. Ahora sé que era el plan de Aruma, no de Niyama.
Me convertí en Ram Dharam Kaur
Johanna se convirtió en mi rol model. Es una mujer fuerte, persistente, dominante, disciplinada y consciente. Me inspiró su plática, su pasión por el yoga y el bienestar. El lema de su centro Holístico llamado Yoghika es “donde yo soy tú y tú eres yo”.
Antes de acabar la formación de yoga para niños, ella preguntó quién quería trabajar con ella, yo dije “yo”, y así colaboré con ella poco más de un año.
Inicie inmediatamente la formación de maestros de Hatha yoga; me sentía fascinada con la práctica y conocí a dos maestros formidables Pedro y Caty en Namaste Yoga. Ellos me enseñaron todo lo que sabían de Hatha Yoga y fue muy afortunada al ver que esos seres humanos, al igual que yo, podían sostener y dirigir un barco tan grande.
Los niños de Yoghika me dejaron enamorada, le puse mucho corazón a mis clases. En Yoghika di mis primeras clases de Hatha Yoga y de Kundalini Yoga.
En ese tiempo empecé a tener problemas de pareja, entré en una depresión y no me estaba dando cuenta, con el tiempo dejé Yoghika y solo daba clases en el condominio donde vivía.
Sin embargo, de algo me di cuenta: Johanna me había dado la inspiración y decidí que quería abrir mi propio Centro Holístico.
Empecé la formación de kundalini yoga. Fue un año y medio de crecimiento exponencial, yo quería ayudar, yo veía las caritas de las personas cuando salían de su clase con un brillo en sus ojos, con una sonrisa. Muchas tenían problemas de soledad, de autoestima, lloraban en clase y se depuraban.
Y fue cuando me di cuenta que eso quería hacer porque, estábamos ayudando a muchas personas, hombres y mujeres.
Comencé a practicar Kundalini Yoga y meditaba todos los días, empecé a dar clases de Kundalini donde vivía. El nivel 3 de 21 etapas de la meditación me terminó de cambiar la vida por completo. Ya no tenía dudas, iba a tener un centro holístico pronto. Hice un plan súper básico en excel, un business case, una hoja de rentabilidad, me puse a investigar y leer artículos sobre centros de yoga y de repente me habla Brenda (Ram Dhan Kaur) y me invita a dar clases de yoga para niños en Niyama.
En Niyama di clases de yoga para niños cerca de un año. Lamentablemente Niyama no pudo sostener el espacio por más tiempo y lo dejó libre. Pensé: “esta es mi oportunidad” y empecé pláticas con la arrendadora. Firmamos contrato el 31 de mayo y el primero de junio del 2017 ya estábamos dando la primera clase de Aruma Centro Holístico. Todo fue muy rápido, pero estaba lista, llevaba mucho tiempo planeando a esta hijita mía. El 21 de junio fue la inauguración y fue todo un éxito.